Cómo secar plantas aromáticas y medicinales

La primavera es un período ideal para las actividades al aire libre. Los amantes de la naturaleza tenemos muchas opciones: desde el senderismo, hasta observar flores e intentar identificar algunas especies vegetales silvestres. Además, si tienes un huerto o conoces hierbas silvestres útiles y comestibles de tu entorno, podrás hacer tu propia cosecha y aprovechar tus plantas aromáticas y medicinales durante el resto del año. 

Para disfrutar de las propiedades y el aroma de las hierbas silvestres o de tu huerto por más tiempo lo ideal es deshidratar las partes de la planta útiles antes de conservarlas. Si quieres saber cómo secar plantas en este artículo te propongo tres técnicas de secado de plantas. 

Algunos consejos antes de secar plantas naturales

Una cosecha segura y sostenible es, sin lugar a dudas, el primer paso para preparar tus plantas deshidratadas.
Una vez recolectadas las plantas:

– Sacúdelas para eliminar restos de tierra, polvo o insectos. 
– Revisa las hojas por los dos lados para asegurarte que la planta no esté afectada por alguna plaga. Este paso es muy importante para obtener un secado de calidad y seguro.
– Empieza el proceso de secado en el más breve tiempo posible para evitar que las flores y las hojas se marchiten. 

Cuando te hayas asegurado sobre la calidad de tu cosecha de aromáticas y medicinales, para conservarlas dispones de diferentes métodos de secado. Puedes elegir el más oportuno según tus necesidades y disponibilidad. Si son realizados con cuidado, todos te garantizan resultados excelentes y una perfecta conservación de las propiedades de las plantas.

3 técnicas del secado de hierbas aromáticas y medicinales

1 Técnica de los ramilletes: Es la técnica más tradicional para el secado de plantas. Tienes que realizar unos pequeños ramilletes con las plantas que quieras secar. Ten cuidado con no apretar demasiado al momento de atar el ramillete, es mejor un amarre más flojo para que pueda circular el aire entre las hojas. De este modo, evitarás la aparición de moho o que la planta se pudra. 

Cuando tengas los ramilletes listos tienes que colgarlos boca abajo, procurando que queden separados entre sí y bien expuestos en un ambiente seco y a la sombra, donde circule el aire. 

Este proceso puede tardar entre 7 y 20 días según el tipo de planta (algunas tienen un mayor contenido en agua y hojas de fibra más resistente).

Para el secado de hierbas como el tomillo o el romero, cuyas hojas se desprenden fácilmente cuando la planta se seca, puede ser buena idea colocar unas bandejas limpias por debajo de los ramilletes o ponerlos a secar dentro de una bolsa de papel limpia (una bolsa del pan, por ejemplo). Así cuando los ramilletes empiecen a deshidratarse no perderás parte de tu cosecha.

2 Secado en cajones con retícula: En este caso las plantas recién recolectadas se disponen encima de cajones o bandejas que tengan una base tipo retícula, para permitir que el aire circule entre las hojas y las flores. 

Cada dos o tres días se les puede dar la vuelta para variar la exposición y permitir que cada parte se vaya secando al mismo tiempo. Los tiempos de secado son los mismos del secado por ramilletes y se requiere un lugar seco sin luz directa.

3 Secado en horno: Si no dispones de mucho espacio en casa, o simplemente no quieres esperar los tiempos de secado al aire, puedes optar por un secado más rápido utilizando el horno. 

En este caso has de colocar las plantas en una bandeja para hornear, disponerla en el horno a una temperatura de entre 40 y 50º C, dejando entreabierta la puerta para revisar y evitar que las plantas se quemen. 

El tiempo de secado, en este caso se reduce a una hora (puede variar dependiendo del tipo de planta). 

El color de las hojas, que del verde pasan a un verde-gris, te indicará el momento de sacar las plantas del horno.

Ahora ya tienes varias opciones para transformar tu cosecha en una conserva de plantas aromáticas y medicinales útiles para un sin fin de usos en casa. Podrás aprovecharlas para  tus tisanas, decocciones, macerados, oleolatos o utilizarlas en tus recetas para platos sabrosos y aromáticos y para muchos otros usos.

No olvides guardar tus plantas secas en frascos limpios de vidrio

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