Conoce las propiedades terapeúticas del Aguaribay

El aguaribay, el árbol sagrado de los incas, es originario de la región andina Perú y desde allí se extendió por las zonas cálidas de nuestro país. Se lo conoce como molle, pimientero y pimiento de Castilla.

El Aguaribay es un árbol que pertenece a la familia Anacardiáceas, género Schinus, especie molle.

Usos y propiedades

Con los frutos se prepara una bebida similar a la chicha de maíz. Se estrujan con las manos en agua caliente los frutos maduros, luego se filtra el líquido que se deja fermentar durante 3ó 4 días.

Las virtudes medicinales usadas por los incas detallan el uso en infusiones para males de los riñones y vejiga. La resina fragante era empleada para cicatrizar heridas y úlceras, además servía para obturar muelas. Las hojas tiernas aliviaban afecciones hepáticas y cólicos estomacales.

Los andinos mezclaban el zumo de las hojas con leche y lo aplicaban como colirio en las conjuntivitis. Los frutos cocidos servían como diuréticos. Las hojas frescas se empleaban en cataplasmas para ciáticas y dolores reumáticos.

Otros usos

Al cocer las hojas y la corteza de este árbol se obtiene un líquido de color amarillo intenso, que es utilizado como insumo para teñir diversos tejidos.

Las ramas y frutos del aguaribay, al ser mezclados en agua, junto con las semillas de maíz, permiten la obtención de un abono.

En la época de los Incas se plantaron alrededor de todo el Cusco, y la resina que se obtenía de su tronco era utilizada para embalsamar cadáveres, así como para curar herida es oriundo de los valles interandinos del centro del Perú, especialmente de las regiones áridas y semiáridas de la serranía esteparia y el bosque montano bajo.

Leyenda

De la medicina notable aplicada por los incas pasamos a la leyenda cristiana que justifica sus virtudes.

Dice que tantas bondades fueron el premio recibido por salvar a La Sagrada Familia de la persecución de Herodes. María, José y el Niño huían atravesando paisajes de sol y piedras. Al ver acercarse un grupo de soldados, y puesto que no había tiempo para huir, José pidió protección a una higuera. Como respuesta el árbol dejó caer sus hojas y se negó a ocultarlos. María habló con un aguaribay vecino y éste bajó sus ramas y las apretó. Así cubrió completamente a los viajeros y los perseguidores siguieron su camino. María lo bendijo diciéndole que sería como la pimienta de Oriente y que tendría muchas virtudes por su piedad.

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