Diente de león, el mejor tónico renal

Una planta común y fácil de recolectar como el diente de león es uno de los principales recursos naturales para lograr una buena tonificación y depuración a nivel hepático y renal y aliviar trastornos urinarios. Conoce sus virtudes

¿Qué es el diente de león?

Quién no se habrá fijado en los prados cuajados de flores amarillas en primavera, que semanas después se tornan blancos. Se trata del diente de león, cuyas flores dan paso a los redondos villanos, unos plumones que contienen las semillas y que son arrancados por la mera brisa. El nombre de diente león puede ser atribuido a la forma muy dentada de las hojas basales, que podría recordar a la dentadura de ese carnívoro.

El diente de león Taraxacum officinale Weber in Wiggins es una planta herbácea de tamaño muy variable, entre los cinco y los 40 cm de alto, con una raíz corta y carnosa, de la que brota una corona de hojas basales, de contorno profundamente dentado. Los capítulos florales son de color amarillo vivo, con brácteas externas generalmente tiradas hacia fuera y frutos en aquenio, con pico, del que parte el villano en lo alto, formando una esfera de consistencia volátil.

Aparece en pastizales, prados, claros y márgenes de caminos, en ambientes algo húmedos. Está presente en toda Europa y en otros continentes, considerada casi cosmopolita. Florece durante casi todo el año, si no escasean las lluvias.

Principios activos del diente de león

Del diente de león se cosecha su carnosa raíz, de la que al quebrarla mana un líquido lechoso de color blanquecino, las hojas y, en menor medida, también los capítulos florales. La composición química de la raíz puede variar en función de la época del año.

Como materia de reserva, la raíz acumula una importante cantidad de inulina, siendo el final del verano y el otoño el momento de máxima producción (hasta un 40%); en cambio, es muy inferior en primavera (2%). La inulina confiere al diente de león una alta actividad diurética, depurativa, colerética, antiinflamatoria, desintoxicante, antihipertensiva, y tal vez hipoglucemiante. Los principios amargos le dotan de efectos aperitivos y digestivos.

Junto a la inulina contiene también:

– Abundantes sales potásicas
– Mucílagos
– Flavonoides
– Principios amargos, como la taraxacina
– Vitaminas A, B1, E y C.
– Ácido fólico
– Triterpenos pentacíclicos (unidades de carbono) derivados del taraxastano como taraxasterol, arnidiol y faradiol.
– Compuestos fenólicos como los ácidos chicórico y clorogénico.
– Lactonas sesquiterpenas
– Resinas.
– Fitosteroles como el sitosterol y el estigmasterol.

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