Gayuba

Para los amantes de la montaña ha de ser muy familiar esta planta rastrera que tapiza con sus diminutas hojas los claros de bosques de pinos y robles en los Pirineos, Prepirineos, las áreas montañosas del Sistema Ibérico y la cuenca del Ebro.

La gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) en griego y latín respectivamente se traduce por uva de osos, indicando la querencia que estos plantígrados muestran por las bayas de este arbusto como un alimento infalible para el otoño, y del que también se benefician otros animales del bosque, como zorzales y urogallos, mientras que para el ser humano resulta incomestible.

Las hojas y las bayas de esta planta han sido muy utilizadas por muchos pueblos de latitudes nórdicas. Indígenas de Norteamérica fumaban las hojas picadas, mezcladas con tabaco, para aprovecharse de unos supuestos efectos narcóticos. En regiones de Rusia se ha bebido como té. Sus propiedades medicinales ya eran sobradamente conocidas en la Edad Media, y no faltaban de los recetarios en las boticas de los monasterios castellanos.

La gayuba es una mata perenne, de apenas medio metro de alto, con los tallos rastreros, las hojas pequeñas, ovales, duras y lustrosas, y las flores rosadas en forma de campanas. Las bayas son unas diminutas esferas de color rojo vivo.

Gayuba contra la infección de vejiga y próstata

Las hojas de la gayuba contienen abundantes taninos, ácidos ursólico y alantoína, así como un glucósido, la arbutina, de la cual se ha demostrado su gran eficacia para destruir bacterias en la orina. Por efecto de la flora bacteriana intestinal, la arbutina se hidroliza, liberando desde el hígado hidroquinona, que por vía sanguínea llega al riñón y se elimina a través de la orina.

Es esta última sustancia la que confiere a la gayuba su eficacia para combatir las infecciones en las vías urinarias y que hace de ella, según muchos expertos, el más eficaz antiséptico urinario. Se indica por tanto para tratar infecciones en el tracto urinario, como cistitis, uretritis y ureteritis, problemas de próstata en el varón, y leucorrea y vaginitis en la mujer, y como un buen remedio natural para evitar o prevenir la formación de piedras en el riñón.

La gayuba es también astringente, antidiarreica, hemostática y antiinflamatoria, y se ha indicado en uso externo para combatir inflamaciones bucales y oculares, y sobre heridas cutáneas.

Por su alto contenido en taninos, un consumo a dosis elevadas puede provocar irritación en las mucosas. Debe ser evitado durante el embarazo y si se padece una enfermedad renal.

Infusión diurética de gayuba contra las infecciones urinarias

Como fórmula contra las infecciones urinarias, los herboristeros recomiendan una decocción en la que se combinan hojas de gayuba con otras plantas diuréticas y depurativas como la cola de caballo, las hojas de abedul y arenaria (Arenaria rubra).

Se toman cuatro cucharadas soperas rasas de la mezcla de hierbas por litro de agua. Se cuece durante un par de minutos y se deja reposar otros diez. Tras filtrar, se puede tomar a lo largo del día, a pequeñas dosis, combinando con un consumo generoso de fruta y verduras, alimentos que contribuyen a alcalinizar la orina, y evitando otros, como los dulces.

Infusión de gayuba contra los próstata

Como apoyo natural en el tratamiento de los problemas de próstata, existe una fórmula diurética que combina la gayuba con cola de caballo, enebro, epilobio (Epilobium parvifolium) y un corrector de sabor como es el anís estrellado. Se hierven un minuto cuatro cucharadas soperas de la mezcla por litro de agua, se deja en infusión un cuarto de hora y se toma durante el día.

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